Viernes 25 de agosto 2023


¡Buenos días!

Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Hoy vamos a reflexionar y pensar en esos momentos tan agradables o divertidos que vamos a disfrutar este año. Seguramente pensemos en personas que nos acompañaban en estos momentos, porque afortunadamente, siempre estamos rodeados de amigos, de primos, de personas que nos quieren. Pensamos un ratito, con música instrumental (momento de silencio): 

Lectura del santo evangelio según san Mateo 19, 23-30.En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«En verdad os digo que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Lo repito: más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de los cielos».Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: «Entonces, ¿quién puede salvarse?».Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, pero Dios lo puede todo».Entonces dijo Pedro a Jesús: «Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?».Jesús les dijo: «En verdad os digo: cuando llegue la renovación y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos primeros».Palabra del Señor.ReflexiónIgual el cambio es entre vivir del Espíritu y vivir de la carne, habitados por el Espíritu llamados a vivir en profundidad que son los criterios del evangelio.  Y el fruto: creadores de paz, de bien, de fraternidad, de comunión. Un ciento por uno sorprendente pero inequívoco.Un aspecto que hemos olvidado muchas veces en este texto es que el dejar todo no implica exclusiva o preferentemente dejar los bienes o la familia… es hacer lo que hizo María, vaciarse de uno mismo, para darse a los demás, para entregarse sin reservas a los demás y así descubrir que ese vaciamiento interior es llenado por Dios cien veces más y vivir una vida eterna ya aquí entre nosotros: ser felices en nuestra vida, sean cuales sean las circunstancias que nos toque vivir, pero llenos de Dios, como María. 

Decimos juntos:

PADRE NUESTRO…

DIOS TE SALVE MARÍA…

GLORIA AL PADRE, AL HIJO Y AL ESPÍRITU SANTO…

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