Viernes, 08 de septiembre de 2023


¡Buenos días!

Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Para la oración de esta mañana proponemos la canción titulada “contemplando el firmamento”. Escuchad la letra con atención. El enlace es el siguiente:

Hay una estrella en tu interior                                                     
Ya sé que no la puedes ver
Hay tanta luz que se apagó
Ya sé que en tu dolor se fue

Y cuéntame, puedes contar
No juzgaré tus pasos
¡Escúchame, te escucharé!

Pusiste todo el corazón
Y, al final, todo salió mal
El corazón se equivocó
Pero, tu amor era verdad.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 1-16.18-23

La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, que era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”»

Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

La figura de la Santísima Virgen es crucial en la Historia de Salvación, pues desde antes de su nacimiento Dios piensa en ella y la elige entre todas las mujeres para ser la madre de Jesús. En ella llega a plenitud la Promesa. En ella, Dios se hace íntimamente presente en la vida de los hombres. Se hace, se va formando en las entrañas de una mujer, uno de nosotros. Dios había predestinado, como nos dice San Pablo, a Nuestra Señora para este acontecimiento… pero pidió su sí libremente.

Decimos todos:

Padre nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu Santo…

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