Jueves, 21 de septiembre de 2023


¡Buenos días!

Iniciamos esta oración en el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

CUANDO ME AMÉ…

Cuando me amé comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto. 

Cuando me amé comprendí que, en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima. 

Cuando me amé comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo. 

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. 

Así descubrí la… humildad. 

Cuando me amé dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los megaproyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… simplicidad. 

Cuando me amé tiernamente comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… ¡saber vivir! 

No debemos tener miedo de cuestionarnos… 


Silencio (Ruah): https://youtu.be/PN3uw0N9nI4

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 9-13

En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».

Él se levantó y lo siguió.

Y estando en la casa, sentado en la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos.

Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?».

Jesús lo oyó y dijo:
«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa «Misericordia quiero y no sacrificio»: que no he venido a llamar a justos, sino a los pecadores».

Palabra del Señor.

DECIMOS TODOS JUNTOS:

Padre nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…

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