¡Buenos días!
Iniciamos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Proponemos hoy, como oración de esta mañana, una lectura adaptada del evangelio del domingo, 28o Domingo del tiempo ordinario. Antes de escuchar lo que Jesús nos va a decir, cierra los ojos, respira con calma y presta atención.
También lo podemos ver a través del siguiente enlace:
LECTURA: PARÁBOLA DEL BANQUETE DE BODAS (cf. Mt. 22,1-14):
Jesús llevaba varias semanas intentando que los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo entendieran que tenían que cambiar de actitud y escuchar con el corazón abierto la buena noticia. Pero ellos, nada, estaban empeñados en criticarlo.
Así que, otra vez, les contó una historia a ver si entendían:
«Mirad, el reino de los cielos es como un rey que celebraba la boda de su hijo.
Mandó criados a todos los lugares del reino para avisar a los invitados para que
vinieran a celebrar la boda. Pero respondieron que no pensaban ir. Él insistió: ‘Oye,
que sepáis que he encargado comidas riquísimas, y música y una gran fiesta’. Pero
ellos siguieron diciendo que no pensaban ir, y trataron fatal a los criados que les
llevaban la invitación. Entonces el rey se enfadó mucho con ellos y les castigó, y
decidió invitar a la boda a todas las personas que se encontrase».
Y así terminó de hablar Jesús. Los sumos sacerdotes miraban hacia el suelo. Sabían
que Jesús lo decía por ellos, que ellos eran como esos invitados maleducados que
no iban a la boda.
Y también se lo decía para que entendiesen que Dios invita a su fiesta a todos, a los
buenos y malos, a los cumplidores y a los que están equivocados. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Ahora te toca a ti, decidir si quieres participar en la fiesta a la que Jesús nos invita…
Piensa en qué situaciones no has participado: cuando un compañero te pidió ayuda
y no lo hiciste, cuando no ayudaste a mamá o papá, cuando dijiste una mentira…
Recuerda que Jesús nos invita cada día y que es una pena perdernos su invitación…
Para terminar esta oración, encomendamos a Dios, nuestro Padre, por la salud de nuestra compañera Mikaela Mejía.
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…