¡Buenos días!
Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Hoy comenzamos nuestro día con estas palabras del Papa Francisco sobre la familia:
“La experiencia humana de ser hijo e hija, nos permite descubrir la dimensión más gratuita del amor, que jamás deja de sorprendernos. Es la belleza de ser amados antes: los hijos son amados antes de que lleguen. Cuántas veces encuentro en la plaza a madres embarazadas que me piden la bendición…, esos niños son amados antes de venir al mundo. Esto es gratuidad, esto es amor; son amados antes del nacimiento, como el amor de Dios.
Los hijos son amados antes de haber hecho algo para merecerlo, antes de saber hablar o pensar, incluso antes de venir al mundo. Ser hijos es la condición fundamental para conocer el amor de Dios, que es la fuente última de este auténtico milagro.
Una sociedad de hijos que no honran a sus padres es una sociedad sin honor; cuando no se honra a los padres, se pierde el propio honor. Es una sociedad destinada a poblarse de jóvenes desapacibles y ávidos.
Que cada uno de nosotros piense en su corazón en sus propios hijos —si los tiene—; piense en silencio. Y todos nosotros pensemos en nuestros padres, y demos gracias a Dios por el don de la vida. Que el Señor bendiga a nuestros padres y bendiga a vuestros hijos.
Oración del Papa Francisco a la Sagrada Familia:
Jesús, María y José en vosotros contemplamos
el resplandor del verdadero amor,
por eso a vosotros, confiados, os pedimos:
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugares de comunión y cenáculos de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias situaciones de violencia, de cerrazón y de división:
Que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret, haz que todos tomemos conciencia
del carácter sagrado e inviolable de la familia
de su belleza en el proyecto de Dios.
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…