¡Buenos días!
Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
Comenzamos con esta oración para ofrecer a Jesús todo lo que vamos a hacer a lo largo del día.
Se puede leer primero individualmente, después, repetir en voz alta la frase que más les ha gustado y terminar leyéndola entera en voz alta todos juntos.
Hoy, Señor, al comenzar este nuevo día
te ofrezco todo lo que soy y lo que tengo.
Te ofrezco las pequeñas cosas
que suelo hacer cada día:
el esfuerzo que supone levantarse,
la rutina de vestirse,
desayunar e ir al colegio,
la monotonía de las clases
y la satisfacción
de estar con mis amigos.
Te presento el tiempo de estudio
y el descanso,
la relación con mis padres
y lo mucho que me cuesta
ayudar en las cosas de casa.
Gracias, Señor,
porque todo,
aunque sea cotidiano,
es una oportunidad que me das
para vivir intensamente,
poniendo amor en todo lo que hago.
Que al final del día,
sienta que estás a mi lado
y la satisfacción de saber que en este día
he hecho lo que a ti te agrada.
Decimos juntos:
PADRE NUESTRO…
DIOS TE SALVE MARÍA…
GLORIA AL PADRE, AL HIJO Y AL ESPÍRITU SANTO…