¡Buenos días!
Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
En este momento vamos a dedicar un momento a Jesús, a escuchar lo que quiere para nosotros. Proponemos hoy, como oración de esta mañana, una lectura adaptada del evangelio de ayer, 25º Domingo del tiempo ordinario.
Antes de empezar es bueno prepararse con calma… Así que relajamos un poco el cuerpo… Respiramos despacio y escuchamos tranquilos. También lo podemos ver a través del siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=1-rG_pn4Qlk
LECTURA: PARÁBOLA DE LOS TRABAJADORES DE LA VIÑA (cf. Mt. 20,1-16):
Jesús nos explicó: El Reino de los cielos es como un propietario que salió a contratar obreros para su finca a diferentes horas del día, y al llegar al final de la jornada a todos les pagó lo mismo. De esta manera nos quiso decir que Dios es tan bueno y misericordioso que a todos nos ama lo mismo, sin importarle cuando comenzamos nosotros a seguir a Jesús, lo único que pide es que le amemos a él y al prójimo.
REFLEXIÓN:
El propietario de la viña sale en distintos momentos del día a buscar a los trabajadores. Los que salieron primero se sentían mal porque recibieron el mismo salario que los que trabajaron poco tiempo. Pero el dueño les explicó que él había acordado con cada uno cuánto les pagaría, y él cumplió su palabra. Él también dijo que no era malo que les diera a todos la misma cantidad, ya que todos habían hecho su parte y habían trabajado para él.
Esta historia nos enseña que Dios nos ama a todos por igual. Él siempre nos cuida y nos da lo que necesitamos, ¡y eso es algo maravilloso!
Terminamos rezando esta pequeña oración:
Padre Dios,
gracias por amarnos a todos
de la misma manera.
Ayúdanos a entender
que lo importante es hacer lo mejor que podamos,
sin compararnos con los demás.
Ayúdanos a ser agradecidos
por todo lo que tenemos
y a compartir con los demás.
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…