¡Buenos días!
Iniciamos esta oración en el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Hoy te invitamos en este momento de iniciar el día a hacerla tuyas las propuestas de Jesús para todos nosotros, expresados en esta oración que llamamos PADRE NUESTRO.
(Proclamamos una frase cada uno, para todos)
No digas “Padre”, si cada día no te sientes contemplado: amado y querido, como un hijo, una hija.
No digas “nuestro”, si vives encerrado en tu egoísmo, sin abrirte al amor a los demás.
No digas “santificado sea tu nombre”, si no le honras y respetas en los demás.
No digas “venga a nosotros tu Reino”, si lo confundes con el éxito material.
No digas “hágase tu voluntad”, si no la aceptas cuando te contraría o te produce
contratiempo.
No digas “danos hoy nuestro pan”, si no te preocupas de las personas que pasan hambre y viven en dificultades.
No digas “perdona nuestras ofensas”, si no quieres perdonar o si guardas rencor a los
demás.
No digas “no nos dejes caer en la tentación”, sino obras según tu conciencia y descuidas la novedad del Evangelio de Jesús.
No digas “líbranos del mal”, si no luchas contra la maldad, la desigualdad y la injusticia.
No digas “Amén”, si no te tomas en serio la ternura de Dios “Padre”, que reparte a todos.
Haz hoy vida la fuerza de una de estas propuestas de Jesús
¿Cuál eliges?
Te pedimos hoy “descubrir y experimentar” lo principal: que eres un Padre amoroso, que nos recreas, contemplándonos y nos amas incondicionalmente y tiernamente.
DECIMOS TODOS JUNTOS:
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…