¡Buenos días Familia!
Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El Adviento es un tiempo de espera, pero de espera activa. La vida es un continuo Adviento y una continua espera de plenitud. Quizá hemos oído tantas veces que la vida es un continuo Adviento, un preparar la Navidad continuo, un esperar a Dios en nuestra vida, que ya casi no nos lo creemos.
María, la madre de Jesús, sí lo creyó. María sí lo esperó, lo esperó con toda su alma. Con una Esperanza
constante, incansable y total.
¿Cómo pudo ser que una criatura deseara tanto a Dios, tanto que éste llegara a venir “tanto” y tan totalmente a su vida?
Eso es lo que celebraremos en la fiesta del próximo día 8 de diciembre, la fiesta de la Inmaculada Concepción.
Señor, en nuestra oración de Familia hoy te decimos:
Tenemos mucho que aprender de tu Madre, María del Adviento. Ella se fio del Padre, cuando lo que se le proponía parecía imposible a la lógica humana. Y, sin embargo, su Sí a Dios hizo posible que tu Jesús nacieras. Gracias, Señor, por María, por su entrega total y por su sí.
Hoy te queremos pedir de manera especial por Cristina Maruri para que le des la salud.
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Terminamos esta oración, diciendo juntos:
Padre Nuestro…; Dios te Salve María…; Gloria al Padre…