¡Buenos días Familia!
Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
- EXPLÍCANOS, SEÑOR, LAS BIENAVENTURANZAS
Repítenos, Señor Jesús, tus bendiciones, tus palabras.
Enséñanos los caminos de la felicidad,
Anunciaste un Evangelio, y no hemos entendido todavía.
¿Por qué será que son ricos los pobres y son pobres los ricos?
¿Por qué son fuertes los débiles y son débiles los fuertes?
- ¿Por qué son felices los que lloran, los que sufren, los perseguidos, los que tienen hambre, y los contrarios están insatisfechos y viven angustiados?
¿Y por qué es mejor ser misericordioso que ser duro, mejor ser pacífico que violento?
¿Por qué te dejas ver por los limpios y sencillos?
- Explícanos, Señor, esas palabras.
Vamos en dirección equivocada, tú lo sabes y no somos felices.
Nos hacemos sufrir unos a otros con orgullos y codicias, con intolerancias, con vicios y esclavitudes.
- Pero es verdad lo que tú dices,
Yo he visto sonreír en la casa de los pobres,
he visto llorar de alegría a los que sufren,
he visto llevar la cruz con elegancia.
Las personas que aprendieron tus palabras son, las mejores, no temen, no ambicionan, enteramente libres, humildes, servidores y señores.
Es verdad el canto que iniciaste: los pobres y los humildes son felices,
los bendice Dios con su ternura y guardan en su corazón una fuente secreta de alegría.
- Compartir: ¿Qué pregunta es la que tú harías?
O bien ¿Con cuál te quedas tú?
Terminamos esta oración, diciendo juntos:
Padre Nuestro…; Dios te Salve María…; Gloria al Padre…