FIESTA MARIANA
La fiesta de la Inmaculada Concepción de María surge en el mundo católico de la creencia que sostiene que Dios preservó que la madre de Jesús fuese concebida libre de pecado (como dicen las escrituras, “llena eres de gracia”), por lo que cuando se habla de inmaculada concepción en el catolicismo se refiere a las dotes que Dios concedió a la Virgen María para eximirla de pecado original y personal. Esto significa que, según esta creencia, María estuvo libre de pecado desde su concepción hasta el día de su muerte.
¡Virgen Santísima, que agradaste al Señor y fuiste su Madre;
inmaculada en el cuerpo, en el alma, en la fe y en el amor!
Por piedad, vuelve benigna los ojos a los fieles que imploran tu poderoso patrocinio.
La maligna serpiente, contra quien fue lanzada la primera maldición,
sigue combatiendo con furor y tentando a los miserables hijos de Eva.
¡Ea, bendita Madre, nuestra Reina y Abogada,
que desde el primer instante
de tu concepción quebrantaste la cabeza del enemigo!
Acoge las súplicas de los que, unidos a ti en un solo corazón,
te pedimos las presentes ante el trono del Altísimo
para que no caigamos nunca en las emboscadas que se nos preparan;
para que todos lleguemos al puerto de salvación,
y, entre tantos peligros, la Iglesia y la sociedad
canten de nuevo el himno del rescate, de la victoria y de la paz.
Amén.
TE DECIMOS JUNTOS:
PADRE NUESTRO…
DIOS TE SALVE MARÍA…
GLORIA AL PADRE, AL HIJO Y AL ESPÍRITU SANTO…