Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
Jesús, muchos en tu época te llamaban el Buen Pastor,
porque cuidabas de toda la gente,
como un pastor bueno cuida de sus ovejas.
Hoy quiero pedirte que me sigas cuidando.
Que seas Tú nuestro Buen Pastor,
nuestro maestro,
nuestro entrenador en el partido de la vida.
Otras personas nos guiarían por otros caminos,
pero yo, Jesús, he decidido seguir los tuyos.
AMEN
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…