¡Buenos días, familia!
Empecemos en el Nombre Padre del Hijo y del Espíritu Santo Amen.
Hijo mío que estás en la tierra, preocupado, solitario, tentado, yo conozco perfectamente tu nombre y lo pronuncio como santificándolo, porque te amo.
Me gusta que hagas mi voluntad porque mi voluntad es que tú seas feliz ya que la gloria de Dios es el hombre viviente.
Cuenta siempre conmigo y tendrás el pan para hoy, no te preocupes, sólo te pido que sepas compartirlo con tus hermanos.
Sabe que perdono todas tus ofensas antes incluso de que las cometas, por eso te pido que hagas lo mismo con los que a ti te ofenden.
Escuchamos la siguiente canción:
DECIMOS TODOS JUNTOS:
Padre Nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…
Venerable Hermano Gabriel Taborin.
Ruega por nosotros
De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5,1-8)
Ese orgullo vuestro no tiene razón de ser. ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? Barred la levadura vieja para ser una masa nueva, ya que sois panes ázimos. Porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así pues, celebramos la Pascua, no con levadura vieja (levadura de corrupción y de maldad), sino con los panes ázimos de la sinceridad y la verdad.
Palabra de Dios
Reflexión
Pablo condena una situación notoriamente escandalosa, igual que va a condenar que unos se atiborren celebrando la Cena del Señor mientras otros pasan hambre a su lado, pero es posible que nosotros nos unamos sin dudar a la condena paulina de esta anormal pareja, pero nos hagamos el despistado ante situaciones sangrantes de abusos que se dan junto a nosotros. Nos falta barrer lo viejo, la levadura vieja, que hace un pan defectuoso, para empezar a vivir la nueva vida que Cristo nos ha traído, predicado y enseñando.