¡Buenos días a todos!
Empecemos este día en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
“ÉL LLAMA HOY COMO AYER”
Su llamada está escrita en el rostro del mendigo y la cara satisfecha del que no le falta nada.
Él llama al borde del camino y en el stop de entrada en carretera.
Su llamada se percibe en la mirada entristecida del inmigrante sin trabajo.
Me ha enviado para anunciar la libertad a los cautivos, para dar vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos.
Escuchemos la siguiente canción:
DECIMOS TODOS JUNTOS:
Padre Nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu Santo…
Evangelio según san Lucas (7,1-10)
Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado a quien estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, para rogarle que fuera a curar a su criado. Ellos, presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente: «Merece que se lo concedas, porque tiene afecto a nuestro pueblo y nos ha construido la sinagoga.»
Palabra del señor
Reflexión del evangelio
Un hombre ajeno al pueblo de Israel oye hablar de Jesús. Tiene un siervo enfermo y acude al Maestro en busca de solución. Es un centurión, un representante del poder, pero su carácter humilde le impide presentarse en persona y envía a unos amigos.