¡Buenos días!
Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
LECTURA: EL POBRE LÁZARO Y EL RICO EPULÓN – (cf. Lc. 16, 19-31)
Muchas personas en nuestro tiempo
sufren mucho por culpa del
endurecimiento de corazón que
padecemos. Ya ocurría en tiempo
de Jesús. Y para denunciarlo Jesús
dijo una parábola que les dejó
sorprendidos:
Un hombre rico vivía espléndidamente:
comía, bebía, vestía y disfrutaba mucho.
A su puerta, un mendigo llamado Lázaro, lleno de llagas y heridas, estaba muerto de hambre, y nadie le hacía caso. Se murieron los dos. Lázaro fue llevado al cielo, a la vida. El hombre rico fue al infierno, a la muerte. Quedaron separados por una distancia enorme, insuperable: la misma que, durante la vida, había entre ellos por la insensibilidad y la dureza de corazón de aquel hombre cegado por los lujos y grandezas.
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Venerable Hermano Gabriel Taborin.
Ruega por nosotros.