¡Buenos días!
Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Jericó era la primera ciudad que se encontraba al entrar en la tierra prometida. Jesús se acercaba a Jericó con sus doce apóstoles. Lo seguía una gran multitud.
Había un ciego sentado a la orilla del camino. Pedía limosna. Oyó pasar mucha gente y preguntó:
- ¿Qué es eso?
Le explicaron: – Es Jesús de Nazaret, que está entrando en nuestra tierra.
El ciego se puso entonces a gritar: – ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí, estoy ciego!.
La gente pasaba junto a él y no lo oía. Los que iban delante le decían: – ¡Cállate ciego! Pero el ciego aún gritaba más fuerte: – ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mi!
De pronto, Jesús se detuvo y dijo: – Escuchad, me están llamando.
El Señor oyó: -¡Hijo de David, ten compasión de mí!. Entonces Jesús mandó que fueran a buscar al ciego. Jesús le preguntó:
- ¿Qué quieres que haga por ti?
El ciego respondió: – Señor, quiero ver.
Jesús le dijo: – Recobra la vista, tu fe te ha salvado.
Al momento recobró la vista y bendecía a Dios dando saltos de alegría. La multitud estaba llena de alegría y caminaba detrás de Jesús.
Mañana celebramos la fiesta de la Anunciación a María. Si te fijas, faltarán nueve meses para el nacimiento de Jesús. Por eso recordamos el mensaje del ángel Gabriel a María, y sobre todo, la gran generosidad de María para decir sí a lo que Dios le propone.
Recordamos este momento con esta canción, a la vez que pedimos a María que nos ayude a ser igual de disponibles para lo que Dios nos quiera pedir y así hacer un mundo mejor.
Hágase: https://www.youtube.com/watch?v=5wS_2OZKtR0
Decimos todos juntos:
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…