¡Buenos días!
Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
MARÍA
“Que María sea la causa de nuestra alegría.
Que cada uno de nosotros seamos Jesús para ella. Nadie aprendió la humildad tan bien como María.
Ella fue la “esclava”.
Ser esclavos significa estar al servicio de todos con alegría… La alegría era la fuerza de la Virgen.
Sólo la alegría pudo darle fuerza para caminar sin cansarse hasta las colinas de Judea para realizar el trabajo de sierva. También nosotros tenemos que marchar sin detenernos, más allá de las colinas de las dificultades»
(M. Teresa de Calcuta)
Decimos todos Juntos:
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…