¡Buenos días!
Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
María: un día los amigos de Jesús te oyeron decir estas palabras. Era en el banquete de una boda en una ciudad llamada Caná.
Estas palabras se les quedaron grabadas y las recordaron toda su vida:
“Haced lo que Jesús os diga…”
Yo también quiero guardar esta frase en mi corazón. Así podré recordarla siempre. Ahora y cuando sea mayor.
Y lo que Él repitió muchas veces es que nos amásemos los unos a los otros. A Él le gustaría que formásemos un grupo unido: en casa, en el colegio, en todos los sitios. Pero nos resulta difícil querernos siempre.
Por eso, María, te pedimos que nos ayudes a amarnos como tu hijo nos amó.
María: al acercarte a Jesús a pedirle ayuda en las bodas de Caná, nos diste ejemplo
para que hiciéramos lo mismo.
Gracias por enseñarnos que podemos pedir lo que nos falta,
sabiendo que Él nos comprende.
Gracias por invitarnos a hacer caso a tu hijo, sabemos que eso nos traerá alegría.
Decimos todos Juntos:
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…