¡Buenos días!
Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy es un día especial, quizás, para muchos, será el último día de curso. Por eso nuestra oración de hoy, es especial… Durante todo el curso, todos juntos, hemos intentado formar una gran Sa-Familia, seguro que los lazos que hemos creado los mantendremos durante mucho tiempo: entre vosotros mismos y con nosotros, los profesores.
Hoy queremos compartir, los profesores, con vosotros, nuestra carta…
A vosotros, nuestros queridos alumnos y alumnas, que sois la energía de nuestra profesión, que queréis brillar en el futuro.
A vosotros que, sin saberlo escogisteis el camino, elegisteis una meta.
A vosotros, queridos alumnos y alumnas, que necesitáis ver en el espejo del esfuerzo lo mucho que valéis y que cuando os miramos os decimos que sois capaces de lograrlo si queréis.
A vosotros, queridos alumnos y alumnas, ¡aprovechad la oportunidad! Si queréis que nosotros seamos vuestro espejo, os decimos: ¡Puedes conseguirlo!
¡Esforzaos! Sólo ese es el camino del triunfo y de tu felicidad. Es un camino de sacrificios, pero con maravillosos paisajes, un jardín de aire limpio en el que se respiran valores como el respeto, la responsabilidad, el esfuerzo. Intentad en vuestra vida algo extraordinario porque podéis hacerlo
Si tuvierais que jugar a suertes, tendríais que apostar por vosotros como ganadores.
A vosotros, nuestros queridos alumnos y alumnas, ¡luchad por vuestros sueños y por vuestra felicidad!
Confiad siempre en vosotros, de lo contrario, nadie creerá en lo que hagáis. La diferencia entre el éxito y el fracaso la marcáis vosotros.
Gracias por este curso inolvidable. ¡Os queremos!
Y terminamos la oración de esta mañana con una canción (https://www.youtube.com/watch?v=Rsz6KruYK7Q) y una oración:
Gracias, Señor, porque Tú, como Maestro por excelencia, nos enseñaste la práctica.
Nos acompañaste y ayudaste a lo largo del curso que ahora termina.
Gracias, porque a pesar de nuestras debilidades, infidelidades, comodidades, miedos e ingratitudes,
Tú, Dios de La VIDA, seguirás estando siempre a nuestro lado, acompañando nuestra historia.
Contamos contigo y sabemos que Tú también cuentas con nosotros para la construcción de tu Reino.
Gracias por el descanso que ahora vamos a disfrutar.
GRACIAS BUEN MAESTRO.
Amén
Terminamos diciendo todos juntos:
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…