¡Buenos días!
Comenzamos con esta oración en el Nombre del Padre, y del Espíritu Santo Amen.
Comenzamos con esta oración a nuestra madre, María.
Se puede leer primero individualmente, después, repetir en voz alta la frase que más les ha gustado y terminar leyéndola entera en voz alta todos juntos.
María,
querida madre.
Quiero pedirte
por mi familia
para que todos estén bien.
Ayúdame
a ser más bueno cada día.
A ayudar en mi casa,
a no pelear con mis hermanos y amigos.
A respetar a todos
y no contestar mal.
Quiero seguir tus pasos
y estar cerca de Dios
como tú lo estás.
Acompáñame siempre en toda mi vida.
¡Que así sea, María!
DECIMOS TODOS JUNTOS:
PADRE NUESTRO…
DIOS TE SALVE MARÍA…
GLORIA AL PADRE, AL HIJO Y AL EL ESPÍRITU SANTO…
Lectura de la primera carta del apóstol Pablo a los Corintios (12,12-14.27-31a)
El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo. Pues bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro. Y Dios os ha distribuido en la Iglesia: en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros, después vienen los milagros, luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas, el don de interpretarlas.
Palabra de dios
Reflexión
Habla Pablo de que las funciones que cada uno realiza en el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, han sido dispuestas por Dios. Entiendo que esto significa que todo aquello que hemos recibido, que es don, lo tenemos para ponerlo en juego, para ofrecerlo, para “colaborar” al funcionamiento del cuerpo. Bien es verdad que Pablo nombra algunas de las funciones y deja entrever la existencia de problemas en la comunidad: ¿pretenden la realización de tareas consideradas importantes desde el punto de vista humano? ¿quizá las que se pueden vincular con algún tipo de poder…?