¡Buenos días!
Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
Para la oración de esta mañana proponemos la canción titulada
“No dejes de soñar”.
Hay una estrella en tu interior
Ya sé que no la puedes ver
Hay tanta luz que se apagó
Ya sé que en tu dolor se fue
Y cuéntame, puedes contar
No juzgaré tus pasos
¡Escúchame, te escucharé!
Pusiste todo el corazón
Y, al final, todo salió mal
El corazón se equivocó
Pero, tu amor era verdad
La realidad puede pesar dentro de ti
Amigo
¡Te quiero! ¡Te quiero!¡Te quiero!
¡Te quiero!
¡No dejes de soñar!
¡No dejes de soñar!
¡No dejes de soñar!
Amigo (2)
¿Con qué expresión de la canción te quedarías para este curso, para nuestro grupo-clase?
Lectura del santo evangelio según san Lucas 8,16-18
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«Nadie que ha encendido una lámpara, la tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama, sino que la pone en el candelero para que los que entran tengan luz. Pues nada hay oculto que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a saberse y hacerse público».
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La parábola de la Lámpara se sitúa tras la del Sembrador y ambas se refieren al anuncio de la Palabra de Dios por Cristo y las distintas respuestas y acogidas con que es recibida por nosotros los hombres. Como bien afirma San Juan en el prólogo a su Evangelio, la Palabra es la Luz que ilumina al mundo. Recibirla con verdadera fe implica hacerla arder en el candelero de mi vida a la vista de todos, pero ocultarla por miedo o vergüenza es poner en evidencia nuestras oscuridades, mediocridades, hipocresías…
Decimos todos:
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu Santo…