¡Buenos días y feliz semana!
Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Proponemos como oración del día de hoy texto adaptado sobre el evangelio de ayer del domingo, Fiesta de Pentecostés. Os invitamos a leerlo (o verlo) con los alumnos en clase: https://youtu.be/X2ECcZJSZK8
Los amigos de Jesús seguían esperando
que llegase ese Espíritu que les había
prometido, aunque no sabían muy bien
cómo sería eso. Un día estaban juntos
en la casa que compartían en Jerusalén.
Entonces ocurrió algo muy extraño. Primero
oyeron un ruido como si hubiera un viento
muy fuerte alrededor de la casa. Luego
fue como si unas llamas de fuego se posaran
sobre cada uno. Sintieron de golpe una
alegría, un valor, una fuerza y una
sabiduría que no habían sentido antes.
Era como si el mismo Jesús volviera a estar con ellos, pero ahora de otra forma, muy dentro. Eso era su Espíritu. Y el Espíritu los empujó a salir a la calle. Ya no tenían miedo de que los arrestasen. Solo tenían ganas de compartir la buena noticia de Jesús. Aquel día la ciudad estaba llena de gente de distintos países. Los amigos de Jesús empezaron a hablar, contando las cosas que Jesús les había enseñado. Y lo sorprendente es que todos los entendían. Era como si pudieran hablar todos los idiomas del mundo.
REFLEXIÓN:
– Cuando tenemos miedo nos escondemos porque no sabemos qué hacer… Eso les ocurrió a los amigos de Jesús hasta que Jesús les envió su Espíritu.
– Hay un idioma que todos entendemos: el del corazón, el de las sonrisas… Ese es el lenguaje que utilizaron los discípulos cuando recibieron el Espíritu Santo.
– Nosotros queremos utilizar también ese idioma y transmitir a todos la alegría de ser amigos de Jesús… ¿Lo intentamos? Os proponemos dedicar hoy nuestra sonrisa a los que viven a nuestro lado… Nuestra familia, nuestros compañeros, nuestros profesores…
Terminamos rezando todos juntos:
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…