Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
Los cristianos continuamos viviendo en el tiempo de Cuaresma. Tiempo importante para los que nos consideramos creyentes. Tiempo especial para plantearnos, una vez más, una renovación interior, un cambio, un algo, que puedes llamar como quieras, pero que tiene que suponer una revolución interior personal.
Hay muchas cosas en la vida de las personas que pueden mejorar; aspectos que se pueden corregir; muchos detalles que pueden cambiar y hacer a los demás y a nosotros mismos más felices.
Eso es la Cuaresma: un cambio en nuestras vidas que nos lleve a vivir y a ser más felices, a la vez que contribuimos a que los que nos rodean también lo sean. En los evangelios de estos domingos se nos habla de conversión, de cambio de vida, etc. Este pude ser un aspecto para trabajar personalmente: actúa de forma que los que te vean sientan y perciban que en tu vida hay un cambio en tus actitudes, en tu forma de ser, en tu forma de obrar, por supuesto a mejor.
Hoy en nuestra oración de familia, te decimos:
Ayúdanos, Señor, a ser felices porque somos capaces de cambiar nuestra vida en beneficio de los demás. Te lo pedimos Señor.
DECIMOS JUNTOS:
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…