Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
Mientras hemos estado de vacaciones hemos celebrado el mayor acontecimiento universal:
“Jesús ha Resucitado”.
En estas fechas nos solemos felicitar diciendo: ¡Feliz Pascua!, lo mismo que en Navidad, pues para nosotros es una gran noticia que el Padre haya hecho el gran milagro de resucitar a su Hijo.
La Resurrección de Cristo es un hecho singular en la historia y al mismo tiempo un misterio de fe. no es un hecho aislado, desconectado de la vida. Incide como causa de gozo y esperanza en la vida de los cristianos y es fuente de alegría para los bautizados en Cristo.
Por esta Pasión y esta Resurrección nosotros hemos sido salvados. Es un hecho extraordinario que ni los mismos apóstoles esperaban.
ASÍ NOS LO RECUERDA SAN JUAN:
“El primer día de la semana María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, y vio quitada la piedra que tapaba la entrada. Corrió entonces a donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, aquel a quien Jesús quería mucho, y les dijo: “¡Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto!”
Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro corrió más que Pedro y llegó primero al sepulcro. Se agachó a mirar y vio allí las vendas, pero no entró. Detrás de él llegó Simón Pedro, que entró en el sepulcro. Él también vio allí las vendas, y vio además que la tela que había servido para envolver la cabeza de Jesús no estaba junto a las vendas, sino enrollada y puesta aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio lo que había pasado y creyó. Y es que todavía no habían entendido lo que dice la Escritura, que él tenía que resucitar”.
Cara a cara – Pascua Joven
Decimos juntos:
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…