¡Buenos días!
Iniciamos este momento de oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Ayer celebramos el segundo domingo de Adviento. En el evangelio de ayer se nos habla de cómo Juan prepara a todos para el nacimiento de Jesús.
Proponemos hoy, como oración de esta mañana, una lectura adaptada del evangelio del ayer. También lo podemos ver a través del siguiente enlace:
LECTURA: JUAN EL BAUTISTA – ¿cf Mt. 3, 1-12)
Juan Bautista era el primo de Jesús. Se fue al desierto, y le decía a la gente: “Tenéis que cambiar, porque está cerca el reino de Dios”. Y recordaba las palabras del profeta Isaías: “Preparad el camino del Señor, allanad sus caminos”. Juan llevaba un vestido de piel de camello, con un cinturón de cuero. Comía saltamontes y miel. Y mucha gente acudía a él. Confesaban sus pecados, y él los bautizaba. Juan criticaba a los que venían sin convertirse. Les llamaba víboras. Y les decía que si no se convertían no serviría de nada el bautismo. También anunciaba: “Detrás de mí viene uno más poderoso que yo. Yo os bautizo con agua, pero él os bautizará con el Espíritu santo y fuego”. Se refería a Jesús.
REFLEXIÓN
El mismo Juan Bautista que invitaba a todos a preparar el corazón para acoger a Dios, les decía a algunos cómo debían comportarse en situaciones concretas: Compartid de lo que tenéis con quien no tiene y necesita. No hagáis daño ni os aprovechéis de los sencillos y de los indefensos.
Después de escuchar este evangelio podemos preguntar a Jesús: ¿cómo podemos preparar el corazón de modo que te acojamos cuando nazcas de nuevo en la próxima Navidad?
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…
V/. Venerable Hermano Gabriel Taborin
R/. Ruega por nosotros