Jueves 15 de diciembre de 2022


Queridos Hermanos:

Con la alegría de encontrarnos en este cuarto día de la Novena de Navidad; hoy nos detenemos a contemplar la escena de la visita de María a su prima Isabel. Ellas al encontrarse, nos manifiestan un diálogo entre dos generaciones, Isabel experimenta el milagro de la vida que se gesta en ella a pesar de su esterilidad y de su avanzada edad. María ante el sorpresivo acontecer de Dios en su vida, experimenta en su juventud la alegría de ser la Madre del Salvador.

Que nosotros también hoy junto a Isabel, podamos decir: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!

Iniciamos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Lectura del santo evangelio San Lucas 1, 39-45

En aquellos días, María se levantó y partió sin demora a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor».

Palabra del Señor.

Mensaje del Papa Francisco

«Dialogar significa escucharse, confrontarse, ponerse de acuerdo y caminar juntos. Fomentar todo esto entre las generaciones significa labrar la dura y estéril tierra del conflicto y la exclusión para cultivar allí las semillas de una paz duradera y compartida.

Los jóvenes necesitan la experiencia existencial, sapiencial y espiritual de los mayores; y los mayores necesitan el apoyo, el afecto, la creatividad y el dinamismo de los jóvenes».

Con la alegría del encuentro entre María e Isabel, bendigamos al Señor por su infinita bondad y su misericordia manifestada en el diálogo entre generaciones y digamos: Señor, que podamos compartir con los demás la alegría de la Salvación.

1. Te pedimos Señor, por todas las personas que viven solas y que pasan por dificultades para que, tu gracia los acompañe, los conforte y les permita sentirse apoyados y acompañados. OREMOS.

2.Padre bueno te encomendamos a todas las madres que pasan dificultades para que, con la gracia de tu Santo Espíritu puedan guiar a sus hijos a la luz de la fe. OREMOS.

3.Te encomendamos a todos los abuelos y abuelas para que, sean un referente en su entorno social y familiar, y su sabiduría y experiencia sea valorada por todas las generaciones. OREMOS.

4.Por todos nosotros para que, el encuentro de María y de Isabel nos permita valorar a nuestras familias y podamos generar ambientes más fraternos y acogedores. OREMOS.

(Se pueden añadir algunas peticiones)

Padre Nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al Padre…

Campana Sobre Campana

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