¡Buenos días!
Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
“TU CAMINO”
Jesús, nos invitas a seguirte. Al bautizado lo llamas a compartir la misión. Nos parece difícil seguirte, pero Tú nos precedes; dejas huellas que nos facilitan el andar.
Te ofreces a ti mismo como CAMINO y dices: “Nadie va al Padre sino por Mí”, “Yo soy el Camino… Quien va por mí no camina en las tinieblas”. Contigo y por ti, como tus Apóstoles, queremos andar… anunciando al Padre, sembrando paz y amor, animando al perdón a tantos hermanos sedientos de verdad.
María, Madre de Jesús y Madre nuestra, tú conoces más que nadie el CAMINO, y más que nadie lo has recorrido con confianza. Toma de la mano a tus pequeños y transfórmanos en CAMINO para nuestros hermanos. Amén.
Decimos todos juntos:
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…