¡Buenos días!
Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo. Amén
Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a mucha gente sentada en torno a una mesa ricamente servida. Estaba llena de alimentos, a cuál más apetitoso y exquisito. Sin embargo, todos los comensales tenían cara de hambrientos y el gesto demacrado: Tenían que comer con palillos; pero no podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo. Por eso, por más que estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la boca.
Impresionado, el sabio salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara desencajada; todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados.
Y es que, allí, en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos al que tenía enfrente.
Comentario
Cuando dejamos de pensar en nosotros mismos y utilizamos lo que tenemos para mejorar la vida de los demás, estamos “viviendo un poquito de cielo”.
Oración
Te pido Jesús que me enseñes a utilizar mis dones, mis habilidades, mi inteligencia, lo que se me da bien, etc. para hacer más felices a los demás. Que no sea egoísta ni mala persona. AMÉN.
Decimos todos juntos.
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo….