¡Buenos días!
Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¿Por qué se te ocurrió, Señor, hacer verdes los campos, cambiantes los mares, brillantes las estrellas, blanca la nieve, resplandeciente el sol, ¿azul el cielo al amanecer y transparente el agua…?
Son los colores mejores, ¡qué maravilla! Tienes, Señor, alma de artista y corazón de Padre. Todo lo haces con maestría y amor, los copos de nieve,
los corales, las estrellas, las luciérnagas, las cascadas, las fresas silvestres, los piñones, los corderos recién nacidos, los oasis, las personas…
Además, todo lo cuidas, el mar se depura solo, los árboles fabrican oxígeno, los bosques se repueblan, los manantiales nos esperan en la
sierra con su agua fresca, los ríos alimentan las huertas, la nieve de las cumbres se deshace para darnos de beber durante el verano, maduran los frutos a tiempo y nos dan otra vez millones de semillas para la siguiente sementera.
Hay rincones maravillosos en los que pareces decirnos: «Hoy preparo este paisaje para ti, ¿qué te parece?»
Al ver brotar las flores en primavera y al sentir que renace la vida en los rediles y en los campos, comprendo, Señor, que he de pedir para mí y para todos que nos abras los ojos y nos enseñas a asombrarnos ante tu obra. Amén.
Al lado de Jesús: https://www.youtube.com/watch?v=EOaexeUO-R4
Terminamos diciendo todos juntos:
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…