Buenos días. Dejemos unos momentos de silencio para pensar en como nos sentimos y colocarnos en el medidor emocional. Después escuchamos esta historia en silencio.
CUIDA LA VIDA
El abuelo y la abuela se habían peleado, y la abuela estaba tan enfadada que no le dirigía la palabra a su marido. Al día siguiente, el abuelo había olvidado por completo la pelea, pero la abuela seguía ignorándole y sin dirigirle la palabra. Y, por más esfuerzos que hacía, el abuelo no conseguía sacar a la abuela de su mutismo. Al fin, el abuelo se puso a revolver armarios y cajones. Y cuando llevaba así unos minutos, la abuela no pudo contenerse y le gritó airada: «¿Se puede saber qué demonios estás buscando?».
«¡Gracias a Dios, ya lo he encontrado!» —le respondió el abuelo con una maliciosa sonrisa—. ¡Tu voz!
REFLEXIÓN
A unos les duran muy poco los enfados, pero hay otros a quienes nos duran mucho, porque nos cuesta perdonar y olvidar. Mantenernos sin hablar a un amigo o a alguien de casa porque nos hemos peleado con él nos hace sufrir a nosotros mismos y a la otra persona.
Ayúdanos, Señor, a no ser como la abuela de la fábula. Te damos gracias hoy por las personas alegres y por las que saben perdonar, que nos ayudan a vivir felices, para que podamos cuidar nuestra vida y la de los demás.
Oramos de manera especial por la salud y pronta recuperación de la Licenciada Nancy Merino, Mikaela Mejía y Jenixer Castillo.
Hacemos juntos la oración que Jesús nos enseño: PADRE NUESTRO…
Bendecida Jornada para todos.