¡Buenos días, familia!
Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
En nuestra oración de hoy vamos a presentarle a Dios todo aquello que “ya no podemos hacer en el año pasado” pero sí lo que todavía podemos hacer en el que acabamos de comenzar.
LECTOR 1:
El año que pasó: un «Ya no».
Ya no podré sonreír a los cruzaron mi camino, pidiendo una sonrisa.
Ya no podré mirar a los que no quise ver.
Ya no podré poner ilusión en los desesperados.
Ya no podré poner paz, donde quizá yo misma sembré discordia.
Ya no podré consolar a los que con mi actitud entristecí.
Ya no socorreré a los que tendieron sus manos y yo ignoré.
Ya no podré restablecer lo que con mi crítica destruí.
LECTOR 2
El nuevo año: un «Todavía».
Todavía tendré ocasión de querer a los que no me gustan.
Todavía pondré ilusión en realizar el trabajo de cada día.
Todavía experimentaré la gratuidad de Dios.
Todavía aprenderé a ser humilde recordando a la familia de Nazaret.
Todavía podré reaccionar a la injusticia y hacer mío el dicho evangélico: «La verdad os hará libres».
Todavía sembraré la paz en mi entorno, sabiendo que esta paz nace en Mí.
Todavía, Señor, seguirás en la marginación y el sufrimiento, para que yo pueda verte.
Decimos juntos:
Padre nuestro…
Dios te salve María…