¡Buenos días!
Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
Hoy proponemos comenzar este momento de oración de la mañana con una relajación.
Invitamos a los niños que se tranquilicen se relajen para tener un momento de pensamiento interior guiado por la persona que dirige la oración. Ponemos algunas “normas” para este momento: no vale reír, ni hablar, solo escuchar, que es muy importante.
“La relajación es la puerta para la interioridad y la oración, encuentro con Dios”
Les invitamos a estar en silencio. Si en el lugar en el que estamos hay posibilidad, nos tumbamos bocarriba. Si no la hay, simplemente cerramos los ojos y respiramos profundamente 3 veces por la nariz.
En este clima de silencio, les invitamos a escuchar los sonidos de nuestro alrededor (podemos abrir las ventanas para percibir sonidos de fuera del colegio) Les llamamos la atención sobre ellos
Podemos poner música en el siguiente enlace:
Muy despacio, mientras suena la música, les indicamos:
El silencio es muy importante para poder escuchar a los demás y sobre todo a Dios, y descubrirle en todos los rincones, y así poder hablar tranquilamente con él, dándole las gracias, pidiéndole perdón o que nos ayude o simplemente hablar del día que hemos tenido. Muchas veces hay que escuchar los sonidos de nuestro alrededor, o de la naturaleza para encontrarnos con Dios.
Estar en silencio también es muy importante, por lo que antes de rezar a Dios y de estar con Él hay que hacerlo, para que nos escuche y nosotros le escuchemos.
Les invitamos a hablar con Dios mientras suena la música, en un clima de silencio y relajación
Mantenemos la música unos minutos y al terminar la audición, preguntamos:
¿Cómo nos hemos sentido al escuchar la música? ¿Relajados? ¿Tranquilos? ¿Alegres? ¿Tristes? ¿Hemos imaginado algo? ¿Os ha gustado estar en silencio?
Terminamos rezando juntos…
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…