Jueves, 18 de mayo de 2023 


¡Buenos días!

Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

“Dos de los discípulos, decepcionados, se dirigían aquel mismo día a un pueblo llamado Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén” (Lc  24,13)

Hacemos nuestra esta oración desde nuestra propia experiencia:

También yo a veces marcho por la vida

como los discípulos de Emaús:

pensando que mi vida no tiene sentido,

creyendo que en la vida todo es negro,

incapaz de ver la claridad del día

y las estrellas en la noche.

Señor, yo, y otros muchos,

tenemos la tentación de creer

que el dolor es más fuerte que la vida.

Yo, y otros muchos como yo,

nos decimos que esto no tiene salida,

que no hay quién lo arregle,

que nos hemos hecho demasiadas ilusiones,

y la realidad es muy distinta.

Señor, yo, y otros muchos como yo,

creemos que nos has abandonado

y nos vamos, cabizbajos, de retirada.

Señor, ¿no podrías salir hoy al camino

y pasear conmigo y con nosotros?

¿No podrías levantar mi esperanza de este

suelo por donde camino?

¿No podrías quedarte para comer y calentar

 mi corazón frío?

¿No podrías? Señor, hacer algo

para descubrir tu presencia alegre en nosotros?

¿No podrías, Señor,

repetir aquella escena de Emaús en mi vida?

Quédate junto a nosotros.

Realidad (Ain Karem)  https://youtu.be/7M5IWTwv-yM

Decimos todos juntos:

Padre nuestro…

Dios te salve…

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…

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