¿CONVERTIRME?
¡Buenos días!
Hoy te invitamos a que pienses algo que podrías mejorar de ti, que puedes cambiar o mejorar, o al menos intentarlo: puede ser en tu familia, en tu vida personal, tal vez colaborar un poco más, dedicando un tiempo cada tarde al estudio, acercándote a ese compañero/a que lo necesita, implicándote en alguna ONG o alguna propuesta de ayuda a los demás.
Sí, conviene personalizar tu “Cuaresma” concretando algo en lo que quisieras superarte. Hay muchas posibilidades para “entrenarse” en la Cuaresma y llegar más ágiles a la fiesta de Pascua.
Piénsalo en unos momentos de silencio, e inténtalo.
¡Estoy tan bien como estoy!
¿Para qué hacerme más líos?
Y llega, inoportuna, tu palabra:
¡Rasgad los corazones!
Podías pedir otra cosa.
Pero no, Tú, Dios, vas a lo esencial,
al corazón, a lo que nos duele,
allí donde casi ni sabemos lo que tenemos
porque pocas veces entramos en nuestro corazón.
¡Nos hemos acostumbrado
a jugar con el corazón de tal manera
que ya no es un lugar sagrado personal!
Pero llega tu palabra afilada:
¡Rasgad los corazones!
Señor, te lo confieso: me da miedo.
Me lleno de escusas
para seguir siendo como soy.
Pero llega tu palabra escueta:
¡Rasgad los corazones!
Señor, me resulta dura tu palabra,
pero quiero escucharla
y ponerla en práctica.
Que tu luz y tu fuerza
me acompañen y guíen
para descubrir la novedad de corazón
que de mí esperas.
Padre nuestro…
Dios te salve María…
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…