¡Buenos días!
Empecemos esta mañana en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Finalizamos la semana y comenzamos nuestra oración con el evangelio del próximo domingo, tercer domingo del tiempo de Pascua. En él Jesús nos habla de confianza, de fe y de amor… Escuchamos con mucha atención una versión dialogada de esa lectura.
Narrador: En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice:
Pedro: –Me voy a pescar.
Narrador: Ellos contestan:
Discípulos: -Vamos también nosotros contigo.
Narrador: Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice:
Pedro: -Muchachos, ¿tenéis pescado?
Narrador: Ellos contestaron:
Discípulos: -No.
Narrador: Él les dice:
Pedro: -Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.
Narrador: La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro:
Juan: -Es el Señor.
Narrador: Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice:
Pedro: -Traed de los peces que acabáis de coger.
Narrador: Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice:
Jesús: -Vamos, almorzad.
Narrador: Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da; y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.
Narrador: [Después de comer dice Jesús a Simón Pedro:
Jesús: -Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?
Narrador: El le contestó:
Pedro: -Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
Narrador: Jesús le dice: Jesús: -Apacienta mis corderos. Apacienta mis ovejas…]
Miremos con atención el siguiente video
Todos juntos decimos la siguiente oración:
Jesús, decirte cuánto te quiero con palabras es fácil,
lo complicado es demostrártelo
permanente en mi quehacer diario.
Te ofrezco ser fiel a la oración,
a la formación, al apostolado.
Con tu gracia, lo puedo lograr.
Amén
PADRE NUESTRO…
DIOS TE SALVE MARIA…
GLORIA AL PADRE, AL HIJO Y AL ESPIRITU SANTO…